"Cuando llegamos aquí, éramos solo 4 familias en todo el sector. Hoy, este lugar se ha transformado casi en una pequeña ciudad. En aquellos días, despertar aquí era lo mejor, nos despertábamos con el canto de los pájaros, no con el ruido de la ciudad", comenta un miembro de la familia.

A lo largo de estos años, hemos visto cómo este rincón de Peñalolén ha crecido y evolucionado. Lo que antes era un paisaje tranquilo y solitario, hoy es un lugar lleno de vida, donde las familias se encuentran para disfrutar de la paz y belleza de la naturaleza.

El tiempo ha pasado volando, pero la esencia de este lugar sigue intacta. Con el paso de los años, hemos creado un ambiente familiar único, donde la calidad de vida y la conexión con la naturaleza siguen siendo nuestra mayor prioridad. Hoy, “ALTAVISTA” no solo es un espacio, es un símbolo de todo lo que hemos construido con esfuerzo y dedicación, y de todo lo que sigue por venir.